miércoles, 30 de marzo de 2011

Resistencia Universitaria (II)

Desde nuestro primer llamado a asumir y organizar la resistencia universitaria (El Nacional, 12.12.10) y en medio del “estado de sitio” profundamente anti-democrático, impopular y represivo, impuesto por la dictadura militar chavista, sus “eficientes” testaferros y conversos, en apenas 15 días, emergieron de la sala situacional, con su más preciada guillotina. La “Ley de Educación Universitaria”, un articulado satánico que pretende el control hegemónico de todas las universidades democráticas, enterrar la autonomía universitaria y engrosar el prontuario golpista que les caracteriza, con la nueva figura de “golpes en serie”, al crear estructuras que dirigidas por el ministro, pretenden “tumbar”  los gobiernos universitarios democráticamente electos por la voluntad popular de nuestros claustros de profesores y estudiantes. Conculcadas todas las libertades públicas, eliminado el estado de derecho, censurados con precisión los medios de expresión e información, con el absoluto dominio de los poderes públicos, han extendido la guillotina golpista a gobernaciones y alcaldías, mientras esperan hambrientos de venganza, a los sesenta y siete parlamentarios  que representan a la inmensa mayoría de venezolanos que hoy oponemos el régimen totalitario. En contraste también diabólico, los damnificados viven días de terror. Los presos políticos y los exiliados aumentan y las expropiaciones y hurtos campean por doquier. No hay vuelta atrás. Jamás hubo diálogo ni lo habrá. Debemos organizar y fortalecer la resistencia. Unirnos. Congregarnos. Estar alertas y rechazar el protagonismo circunstancial, la retórica de escritorio y la utilización oportunista de los pocos espacios de comunicación que quedan, y repudiar a aquellos que ya andan en contubernios y acuerdos subterráneos con la dictadura mientras se muestran opositores. La unidad nacional y la universitaria son críticas. La denuncia debe ser cívica, sólida, sistemática, nacional e internacional. Defenderemos con nuestra presencia activa el orden constitucional e institucional universitario. La autonomía en nuestro pecho. Solidaridad a todo trance con nuestras autoridades rectorales, decanales y con el cogobierno estudiantil, evitando y neutralizando conflictos innecesarios e inconvenientes, a la vez de fortalecer nuestras estructuras básicas: el Consejo Universitario, los Consejos de Facultad y de Escuelas, nuestros Institutos y Centros de Investigación, los departamentos y cátedras. Aglutinar en un sólo frente nacional a las asociaciones de profesores, profesionales, empleados y trabajadores, a las federaciones de centros universitarios y a más de una centena de centros de estudiantes. Reitero que unidos somos una fuerza poderosa e imbatible. Que los cientos de miles de egresados se congreguen en sus universidades. Se trata de una resistencia universitaria nacional. Salvar las universidades democráticas es preservar liceos, colegios y nuestras escuelas de primaria. Que la propia sociedad civil con sus iniciativas y logros de lucha democrática y pacífica salve sus hogares. Acciones similares tendrán que estimular los gobernadores y alcaldes democráticos. Pronto han de hablar los parlamentarios para obtener respaldo. La pasividad agota y enferma. Desde el primer día queremos una fuerza legislativa clara y contundente. Será duro y riesgoso. Sin embargo, la Venezuela de la libertad y la esperanza, hondamente plural y hermosa prevalecerá más temprano que tarde.

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