EL
NACIONAL - Domingo 04 de Septiembre de 2011
Libra la sociedad civil venezolana de honda naturaleza democrática una
valiente y casi solitaria resistencia ante los desmanes y la represión que
caracteriza al violento epílogo de la dictadura chavista. Los gobiernos vecinos
del hemisferio o son cómplices y han disfrutado de nuestras riquezas o guardan
un silencio acomodaticio. Fronteras adentro padecen del mismo dolor social que
vivimos los venezolanos. Sin embargo, hoy más que nunca, el destino de la república está en nuestras
manos. Entre otros, tres factores en nuestra resistencia son críticos: una
unidad nacional ya firmemente sembrada en la conciencia de los venezolanos
que ha de permitir participar y cuidar masivamente los procesos electorales,
que tienen como límite máximo el 3 diciembre de 2012 enfatizando que estos
procesos no son una "contienda electoral habitual".
La población venezolana sin recursos, que no puede generar productividad y/o
tecnología (Marino González, USB, 2011), que desea, pero no puede, aportar al
desarrollo nacional, conforma cerca del 90% de nuestra gente y son el epicentro
de la desolación social venezolana. Esos conciudadanos no esperan líderes
mágicos, claman por equipos de trabajo que formen gobierno y cumplan. Además,
no comen o sobreviven o dejan de padecer enfermedades o estar de luto porque
tal o cual candidato "tenga experiencia" versus "es joven y no
tiene rabo de paja". Esos millones y millones de venezolanos van a ir a
votar, si se les garantiza un Ejecutivo Nacional, unas gobernaciones y
alcaldías que resuelvan perentoriamente el descomunal caos y sufrimiento
social, en el marco del respeto a los derechos ciudadanos y a la óptima
distribución de nuestras riquezas.
Un segundo factor determinante es la recuperación progresiva de la seguridad integral de y para los ciudadanos. En un artículo anterior nos unimos al alerta sobre la "delincuencia organizada transnacional (las DOT)". Unas horas más tarde llegó la terrible noticia de las 56 personas calcinadas por la acción delictiva del cartel del golfo en la ciudad mexicana de Monterrey, noticia pálida ante los 561 homicidios contabilizados en agosto en nuestro país, mientras quedan en la penumbra la avioneta con los kilos de cocaína, y el inexcusable traslado de nuestras reservas internacionales operativas cuando tan pronto fue derrocado el tirano Gadafi, los gobiernos occidentales reintegraron las reservas al pueblo libio. El gravísimo estado de inseguridad representa un desafío de enormes proporciones para el nuevo gobierno y para unas fuerzas armadas institucionales obedientes y no deliberantes. El tercer factor lo constituyen los muy complejos procesos de "reconstrucción nacional", que implican estructuras y productos de salud y hábitat, educativos, universitarios, legislativos, judiciales e internacionales, con una sólida sinergia entre los sectores públicos y privados. Seguro estoy que el regreso de venezolanos en el exterior será no sólo significativo, sino altamente fructífero. Una buena parte nos proveerá conocimientos y competencias de última generación. Hemos insistido en que cada precandidato en ejercicio de gobierno acentúe su dedicación de ir resolviendo y mitigando el sufrimiento social. Sería irresponsable campañas electorales dispendiosas. Todos tenemos que luchar por unas primarias estelares. Somos hoy una mayoría imbatible. El chavismo como grupo de gobierno ha concluido. Ellos lo saben y el planeta también.
Un segundo factor determinante es la recuperación progresiva de la seguridad integral de y para los ciudadanos. En un artículo anterior nos unimos al alerta sobre la "delincuencia organizada transnacional (las DOT)". Unas horas más tarde llegó la terrible noticia de las 56 personas calcinadas por la acción delictiva del cartel del golfo en la ciudad mexicana de Monterrey, noticia pálida ante los 561 homicidios contabilizados en agosto en nuestro país, mientras quedan en la penumbra la avioneta con los kilos de cocaína, y el inexcusable traslado de nuestras reservas internacionales operativas cuando tan pronto fue derrocado el tirano Gadafi, los gobiernos occidentales reintegraron las reservas al pueblo libio. El gravísimo estado de inseguridad representa un desafío de enormes proporciones para el nuevo gobierno y para unas fuerzas armadas institucionales obedientes y no deliberantes. El tercer factor lo constituyen los muy complejos procesos de "reconstrucción nacional", que implican estructuras y productos de salud y hábitat, educativos, universitarios, legislativos, judiciales e internacionales, con una sólida sinergia entre los sectores públicos y privados. Seguro estoy que el regreso de venezolanos en el exterior será no sólo significativo, sino altamente fructífero. Una buena parte nos proveerá conocimientos y competencias de última generación. Hemos insistido en que cada precandidato en ejercicio de gobierno acentúe su dedicación de ir resolviendo y mitigando el sufrimiento social. Sería irresponsable campañas electorales dispendiosas. Todos tenemos que luchar por unas primarias estelares. Somos hoy una mayoría imbatible. El chavismo como grupo de gobierno ha concluido. Ellos lo saben y el planeta también.
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