En apenas cinco semanas, la inmensa mayoría de la sociedad
civil venezolana, enfrentará al “estado de sitio” impuesto desde el poder por
la agonizante autocracia militar chavista. Hemos de concurrir masivamente, con
optimismo democrático, a las primarias organizadas con tesón y firmeza por la
valerosa comisión electoral de la Mesa de la Unidad Democrática. En su artículo
del viernes 06, nuestro distinguido colega ucevista Óscar Lucien, definió las
primarias del 12 de febrero, con el carácter de “plataforma excepcional de
movilización y resistencia ciudadana”. En efecto, es una jornada crucial en la
que lo primordial es que nosotros mismos y el mundo entero se percate, se
convenza de que ha comenzado la etapa de consolidación de la Venezuela plural y
democrática. Que esa demostración de fuerza civil organizada impida con coraje
y con votos, el último intento de la falange chavista por retener el gobierno
de destrucción nacional.
Seis candidatos, todos honorables, ofrecen diversidad,
amplitud para la selección, experiencia y sobre todo un incuestionable talante
de libertad y democracia. Son garantes del Estado de Derecho. A partir de la
noche del 12 de febrero, toda la Venezuela democrática se congregará alrededor
del candidato seleccionado. Profundizaremos la unidad nacional y la haremos
inquebrantable. Que en cada municipio, distrito o estado, el espíritu unitario
se convierta en una “conducta nacional” de apoyo irrestricto al candidato de
las fuerzas democráticas de la nación.
Así, el triunfo en las elecciones nacionales del 7 de
octubre no sólo será abrumador, contundente y mayoritario, sino que no dejará
espacio alguno para trampas o conspiraciones. Habrá desaparecido el estado de
sitio. El componente militar institucional constituido también por venezolanos
honorables cuidará con esmero y precisión, la victoria, la transición y la
instalación del nuevo Presidente de Venezuela y de los valiosos miembros de
nuestro nuevo gobierno. No estaremos eligiendo un “Presidente mágico”. No
existe esa persona. Iniciar y abordar con conocimientos muy precisos el complejo
proceso de reconstrucción nacional es una tarea de todos. Con decisión, la
sociedad civil enfrentará a aquellos que pudieran estar soñando con los viejos
cogollos y el mercado de prebendas.
No somos triunfalistas pero una vez más, unimos nuestra
voz a todos los que trabajan tesoneramente por organizar las bases doctrinarias
y operativas del nuevo gobierno, del presidente electo que desde el mismo 7 de
octubre, exigirá una transición abierta y la amplia rendición de cuentas, que
por obligación constitucional deberá aportar el derrotado ejecutivo chavista.
El “ambiente constitucional” generado por la victoria y
la instalación del nuevo poder ejecutivo nacional, redundará en garantizar
nuevas victorias de la sociedad civil democrática en las elecciones de
gobernadores y alcaldes.
Por eso, hemos de concurrir muy temprano a fortalecer la
participación masiva en las primarias del 12 de febrero. No es un proceso
comicial rutinario. La reciente decisión de agudizar la militarización integral
del poder, con la se pretende intimidarnos, es consecuencia evidente de la
pérdida del respaldo popular a Chávez Frías. Me permito recordarles, la estrofa
de nuestro himno ucevista: “milicianos que vas a la guerra con un canto
infinito de paz”. En nosotros está vivir en paz.
La fase aguda de la militarización integral del poder
pretende intimidarnos.
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