En el
contexto del estado de sitio impuesto por el continuismo militar cívico, el
sector universitario público que en forma determinante está representado por
las universidades autónomas vive una fase aguda de colapso institucional. En el
caso de la UCV, su Consejo Universitario ha declarado la "Emergencia
académica, financiera, presupuestaria y operativa". Un decisión grave
respaldada por la férrea voluntad de su comunidad democrática de continuar
luchando y resistiendo la infame estrategia orientada a destruir la universidad
venezolana plural, que caracterizó no sólo a la dictadura de la cúpula militar
que presidió Chávez Frías, sino que sigue vigente en el gobierno ilegítimo de
Maduro Moros.
Nos declaramos en sesión permanente y participamos una vez más,
en la multitudinaria marcha universitaria de este pasado miércoles 22, que con
firmeza y sin violencia enfrentó las inexcusables barreras militares y
policiales y a los grupos de violentos y difamadores, que con toda impunidad
actúan en la antesala del despacho de educación universitaria.
La formidable presión de la presencia de rectoras y rectores,
docentes y aguerridos estudiantes, prevalecieron, y la reunión con el ministro
cristalizó en un intercambio para establecer como elemento fundamental que
nuestras exigencias provienen de derechos constitucionales. Mientras dure en su
cargo, el profesor Calzadilla deberá discutir y acordar las condiciones
financieras y presupuestarias óptimas que garanticen la excelencia académica,
la viabilidad de los campus universitarios, los servicios que provean el
bienestar de cada sector de la comunidad y las remuneraciones que reconozcan y
estimulen la dedicación de nuestros docentes.
Cumplimos con nuestro deber de solicitar a tiempo la cuota
presupuestaria de los últimos cuatro años fiscales, aunado a la planificación
estratégica, el abordaje por gerencias y la inversión de todo fondo disponible
para sembrar la primera etapa y obtener los primeros resultados de la
innovación académica más sólida y prospectiva de los últimos cuarenta años, lo
que permitirá afirmar la promisoria inserción de la UCV en las diversas
corrientes de la sociedad del conocimiento del siglo XXI.
Sin embargo, una inflación acumulada de más de 1.500%, la
confiscación de las divisas, la devaluación de la moneda en 500%, el
desabastecimiento generalizado, la represión y el luto familiar indetenible se
unen a la corrupción masiva y el saqueo insaciable de las arcas públicas, lo
que ha generado no sólo el sufrimiento insostenible de la inmensa mayoría de
los venezolanos, sino un impacto devastador sobre la sobrevida de los docentes
y estudiantes así como de los recursos humanos (profesionales en labores
administrativas, empleados y trabajadores) que respaldan la función creadora y
el mantenimiento y preservación de las universidades del país.
La sociedad civil ha enfrentado con solidez el fraude electoral
del 14 de abril, con la demanda por una auditoría integral y ha sometido las
impugnaciones respectivas ante el TSJ. Ahora ante la Fiscalía nuevas y extensas
evidencias de la corrupción del gobierno chavista y de la entrega sistemática
de la soberanía nacional. Un par de días atrás la presidenta del Banco Central
alertó al país sobre la apropiación ilícita de 22 billones de dólares en
empresas fantasmas. El alerta a la familia universitaria nacional: defender sin
descanso el presente y futuro de la universidad plural y siempre autónoma.