En medio de tanta gravedad nacional, resulta grato
compartir con nuestros lectores el magnífico proceso de innovar uno de los
tesoros más preciados del maestro arquitecto Carlos Raúl Villanueva: el
majestuoso y legendario espacio de la Biblioteca Central de la Universidad
Central de Venezuela.
Dos obras monumentales le suman grandiosidad y éxtasis
artístico: el vitral de pasta de vidrio del francés Fernand Léger y el mural
del venezolano Carlos González Bogen (ambos de 1954). Su hall principal ha sido
testigo en más de medio siglo de extraordinarias expresiones de las artes, la
historia, la diversidad cultural y de la riqueza de sus colecciones y otras
joyas bibliográficas.
Un equipo multidisciplinario del vicerrectorado académico,
actuando como orfebres con notable esmero junto con un grupo de expertos
contratados, han alcanzado la restauración integral de sus cuatro salas de
lectura. Se agrega discretamente por detrás de las maderas renovadas de sus
paredes, el cableado que permite ahora navegar sin límites en el ciberespacio y
así gestionar información y conocimiento. Hay una estación en cada sala con
monitores y uno a disposición del estudiante con discapacidad.
Compiten por la atención del usuario, los libros en
"estantería abierta" y aún más, al caminar unos pasos y atravesar una
de las puertas de la sala para entrar en el balcón podrá ver desde los espacios
abiertos esa notable parte de la ciudad universitaria, en particular las faldas
y el verdor de nuestro cerro Ávila.
Las nuevas áreas sistematizadas de información y registro, la
Biblioteca Virtual de la Universidad Central de Venezuela (con acceso libre al
ilimitado mundo del espacio cibernético), y de la sala actualizada para los
invidentes, donde cada usuario que acude a la biblioteca central va aprendiendo
los nuevos paradigmas de la gestión de información, conocimiento y talento,
ofrecen el preámbulo a otra valiosa innovación: la Sala de Usos Múltiples
integrada por la nueva sala de navegación, la sala del Centro de Estudios
Musicales, el Centro de Geocartografía y la videoteca Margot Benacerraf II (la
primera está ubicada en la Escuela de Artes), que ofrece un siglo de cine
gracias a la generosidad de Margot.
Hemos ido completando la transición hacia los muy actuales
conceptos del procesamiento de la información y el conocimiento. No hay
barreras.
Contamos ahora en la Universidad Central de Venezuela con un
catálogo colectivo que se nutre del acervo hasta el momento de 50 de nuestras
80 unidades de información (antiguas bibliotecas), lo que representa más de
500.000 piezas de conocimiento, así como con el repositorio Saber UCV de
vertiginoso crecimiento y el explorador Navigo, que permite a nuestros talentos
que investigan y enseñan en la UCV adentrarse con mayor definición en la
gestión del conocimiento y en los proyectos de investigación, las
publicaciones, las tesis de pre y posgrados, a más de interacciones mundiales
con laboratorios y con centros de investigación en temas específicos.
La biblioteca central innovada aporta una mayor dimensión a
nuestra autonomía como universidad y como sociedad civil. Invitamos a conocer
los episodios de este logro en el enlace: http://
www.youtube.com/watch?v=1talQJ7gWIM. La Universidad Central de Venezuela
innovada y plural está en esas imágenes y su férrea voluntad democrática guiará
el camino de libertad y futuro.