Por un instante asumo el
sentimiento de dolor e indignación de millones de venezolanos y rindo homenaje
nacional póstumo al niño Rodwan Moreno, a la joven de 15 años Carmen Acosta
Vaca y al valeroso trabajador petrolero Renaduar Jiménez. Las llamas de un
pavoroso y expansivo fuego los calcinaron como a por lo menos 43 venezolanos
más el 24 de agosto en la madrugada. Dos esferas de almacenamiento de gas en el
patio de tanques de nuestra refinería ícono en Amuay habían finalmente
explotado. Renaduar Jiménez recibió la letal orden cuando ya todo era un caos.
"Ve y cierra la válvula". No estaba de guardia. Las poblaciones
aledañas y probablemente los propios trabajadores y guardias nacionales
presentían la desgracia. Días atrás, el mortífero gas los fue rodeando. Alguien
que se salvó corría entre las casas gritando: ¡Salgan! Sálvense.
Las voces expertas en nuestro adolorido país y en el mundo
entero coincidieron de inmediato en las probables causas de este nuevo e
imperdonable malfuncionamiento en la industria petrolera. La ingeniero
geofísica Inírida Rodríguez, gerente ejecutiva del Vicerrectorado Académico de
la UCV, sintetiza la convergencia de opiniones: "Graves fallas en el
mantenimiento (sólo 19% del mantenimiento programado se completó en el año
2011), ausencia de planificación en paradas operacionales claves, ineficaz
sistema de alarmas y, por supuesto, un personal directivo y de “gerentes” sin
preparación alguna.
El inventario 2002/2012 del chavismo petrolero no puede ser más
macabro: 72 personas muertas, más de 200 heridas, explosiones, incendios,
derrames, paradas no programadas, disminución ostensible de nuestra producción
petrolera y derivados y endeudamiento descomunal de la otrora segunda mejor
compañía del mundo (Pdvsa, 1991).
Como si fuera poco, el Presidente de la República ha incurrido
en actos consecutivos de "lesa patria", ilustrados por el despido
masivo de más de 23.000 trabajadores sin oportunidad alguna de recurrir a sus
derechos laborales y bajo el grotesco espectáculo de la burla y la difamación,
el violento desalojo de sus casas en los campos petroleros, la apropiación
indebida de la cosa pública, al no sólo "regalar" el petróleo a
través de numerosos convenios profundamente antinacionales, sino al
"hipotecar", desde el año 2007, las reservas petroleras de nuestros
hijos y sus hijos al insaciable Gobierno Chino.
La directiva de Pdvsa se ha encargado del "manejo" de
billones de dólares y el Ejecutivo inventó el Fondene para canalizar, sin
contraloría legítima alguna, enormes cantidades de dinero que bien empleados
hubiesen repercutido en una Venezuela próspera y muy diferente de las ruinas
que recibiremos el 7 de octubre cuando, en elecciones generales, derrotemos
masivamente al chavismo oficialista.
Estamos apenas a un mes y pocos días del 7 de octubre. Votemos
temprano y luego colaboremos todos en cuidar la victoria de nuestro candidato,
el demócrata Henrique Capriles Radonski. No habrá tregua luego de la victoria.
Respaldemos, incluso en la calle, su condición y prerrogativas constitucionales
de presidente electo. A partir del 10 de enero de 2013, los poderes públicos
han de cumplir con su deber. La masacre de Amuay no quedará impune. Como
tampoco el vasto inventario de acciones punibles del actual Gobierno.
En nuestro pecho vibra una nueva Venezuela. Nos abrazaremos con
Rodwan, Carmen y Renaduar. Sus almas nos protegerán para vivir en democracia,
progreso, innovación, autonomía y paz.
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