A mediados de 2009, en una
entrevista con mi compañera de estas páginas Milagros Socorro, afirmé que la
UCV "es hoy más autónoma que nunca".
En una reacción al unísono de las autoridades rectorales, el
Consejo Universitario, la Asociación de Profesores y el valiente rechazo de
nuestros estudiantes, el reciente intento de subversión del orden
institucional, perpetrado por el sindicalismo troglodita y la minúscula falange
armada del chavismo estudiantil conocida en los predios violentos como M28, fue
repelido y derrotado. Ante el uso criminal de las bombas lacrimógenas altamente
tóxicas y otros explosivos, la UCV reiteró su militancia de paz y de indomable
autonomía.
En una nueva manifestación de incuestionable solidaridad, el
editorial de El Nacional del 28-03, ofreció una muy oportuna sinopsis titulada:
"Guerra contra la UCV". Una guerra que se ve magnificada y agravada
por la intensificación en nuestras sedes de la endemia nacional generada por la
delincuencia organizada y el consumo de alcohol y de estupefacientes.
Sin embargo, y aunque expongamos la propia vida a cada
instante, la UCV y sus crecientes sectores de innovación y progreso, sectores
que van dejando atrás los reductos obsoletos, proseguimos consolidando
propuestas y productos iniciales que han de aportar bases de sustentación a la
UCV que se adentra invariablemente no sólo en la participación en los procesos
de reconstrucción nacional que darán comienzo el 10 de enero de 2013, luego de
la victoria democrática de Henrique Capriles Radonski el 07 de octubre, sino en
la definición y operatividad de los nuevos caminos de la academia universitaria
venezolana del siglo XXI.
Dos recientes eventos son ilustraciones de primer orden, que
nos permiten fortalecer estas afirmaciones. La reunión en la UCV de 35
vicerrectores académicos (núcleo de VRAC), expresión plural y diversa de
universidades autónomas y privadas, que en estos últimos años han concretado
consensos y documentos que facilitan la toma de decisiones sobre la nueva
academia universitaria venezolana, y una fructífera reunión y discusión entre
nuestro Vicerrectorado Académico y un nutrido grupo de representantes del
cogobierno y centros de estudiantes de la UCV.
En ambos escenarios, los nuevos diseños curriculares son el
tema central. En nuestra gestión este tema es motivo de amplia discusión,
planificación y ejecución. Por supuesto, lo es también en otras universidades
autónomas. La orientación doctrinaria es el currículo por perfiles de
competencia.
No se trata solamente de cambios de contenidos, es integrar
equilibradamente el saber con el hacer, el ser y el convivir.
En otras palabras, conocimientos actualizados usados de manera
competente para fortalecer el aprendizaje y la incorporación del manejo de
tecnologías de comunicación e información, y para investigar; asociados a una
sólida adhesión a principios éticos que permitan la consolidación del individuo
en una sociedad democrática. Es un compromiso consigo mismo y con el entorno
social donde se desempeña.
Es la noble UCV, corazón de la resistencia democrática
venezolana, la que abraza con entusiasmo la innovación, el emprendimiento, su progresiva
presencia en el ciberespacio, y a la vez va haciendo posible conciliar los
enormes retos de la sociedad del conocimiento de este arrollador siglo XXI y la
magnificencia de su heroica y legendaria autonomía.
EL
NACIONAL - Domingo 01 de Abril de 2012
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