EL NACIONAL - Domingo 10 de Julio de 2011
Una república de ciudadanos es el precepto
constitucional, histórico y profundamente civilista, con el que nuestra
distinguida historiadora Inés Quintero nos condujo por el transcurrir de
doscientos años de excepcionales luchas de la sociedad civil venezolana y, de
su sociedad universitaria en particular, por preservar la libertad, la
soberanía, los derechos y deberes, la separación de los poderes, desterrando
fueros y privilegios y decretando el principio de la igualdad. El Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela
sirvió nuevamente de albergue generoso, además de ser el más apropiado para
celebrar el acto central del Bicentenario Ucevista y recordar el despertar de
nuestra vida ciudadana y republicana: la firma del Acta de Independencia del 5
de Julio de 1811. Las voces del Orfeón Universitario y de la Coral de la Facultad
de Humanidades y Educación se unieron a la Orquesta Sinfónica Universitaria
para interpretar un programa que incluyó música de tan trascendentales
momentos. La rectora Cecilia García Arocha Márquez exaltó la figura
de Juan Germán Roscio, la crítica participación de los universitarios, y entre
ellos los ucevistas, en la génesis y en nuestra asunción como una república
soberana de ciudadanos y para los ciudadanos. En su mensaje, la rectora destacó
otro precepto indivisible del contexto republicano y de libertad que no es otro
que el de la autonomía universitaria. En el inventario socio-político de la investigadora
Quintero, resalta en forma meridiana un tema de notable vigencia para el 5 de
Julio de 2011: la voluntad y el sentir de la inmensa mayoría de la sociedad
civil venezolana, cuyas raíces democráticas y soberanas son invariables, versus
la pretensión de una minoría envalentonada por las armas de prolongar un
régimen militarista, de antifaz "socialista", que en casi trece años de
gobierno ha pretendido destruir y doblegar a la república y sus ciudadanos.
Es entonces la hora de perfeccionar al máximo los
formatos de diálogo para que todos aquellos que tengamos la posibilidad de
concretar soluciones, hagamos un esfuerzo superior para blindar y garantizar la
victoria electoral de diciembre de 2012. No se trata, y esto debe ser entendido cabalmente, de una
contienda electoral más, puesto que nos jugamos la suerte de la república y de
sus ciudadanos. En tal sentido, requerimos definir las estrategias que en las
gobernaciones y alcaldías democráticas, así como en las universidades y otras
instancias organizadas, permitan desde ahora ejecutar acciones que alivien, al
menos, el gravísimo sufrimiento social (alimentos, seguridad, salud, educación y
hábitat) que aqueja a más de 80% de nuestra población, y, a la vez, trabajar
arduamente para configurar los equipos humanos que en las diferentes áreas
integrarán el nuevo gobierno. No hay ni habrá líder mágico. Los aspectos de las
relaciones internacionales, la gerencia y ajustes de convenios, y afrontar en
nuestra geografía y en las aledañas el componente de la delincuencia organizada
trasnacional añaden una profunda complejidad a la tarea por emprender. La
república y sus ciudadanos lo hicieron antes. Con un gran esfuerzo unitario lo
volveremos a lograr. Defender
cada voto e iniciar desde ya la siembra de soluciones concretas y perentorias
serán consignas de participación y victoria de la Venezuela republicana.
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