Mañana es 24 de diciembre, día de navidad, que en
Venezuela ha sido sinónimo de alegría y exaltación de amor familiar y de
fraternidad social. En los últimos años sin embargo, ese sentimiento y ambiente
se ha transformado en una esperanza muy interior e individual. Salvo contadas
excepciones, la inmensa mayoría de la sociedad civil democrática (incluyo al
votante pobre que sufraga por el gobierno) y el componente militar
institucional, enfrentamos el agravamiento al máximo de una trilogía que
taladra lo hondo de nuestra conciencia: sobrevivir, resistir y si posible
prevalecer por nuestros hijos y para rescatar al país.
Venezuela es hoy un conglomerado humano empobrecido, endeudado,
carente de soberanía, con miles de familias enlutadas, en estado de sitio en
lugar del estado de derecho, en las manos impunes de la delincuencia organizada
trasnacional. La DOT venezolana es una corporación astuta y eficiente.
No sólo reprime, subvierte y promueve lo ilícito en todas sus
dimensiones, sino que ha logrado la "elección democrática de sus más
connotados dirigentes". Ha embriagado a la población con matrices de
opinión y el discurso "libertario" del socialismo y el comunismo,
mientras continua atornillando en el pobre y en los pobres de espíritu, la
magia y el encantamiento de un supuesto caudillo, cuya "agonía y capacidad
de recuperación" pareciera acercarlo a los registros de Guinness. Sus
laboratorios trabajan día y noche, desde cualquier parte del mundo, con
asesores y expertos muy bien remunerados, poniendo a tono los venideros e
inmediatos escenarios que garanticen permanencia y poder absoluto sin importar
quien se quede en el camino.
Estudiando y ampliando la información y el conocimiento sobre
nuestro enemigo y sus inagotables fuentes de financiamiento y complicidad,
podremos orientar y concretar sin tanto protagonismo barato, el esfuerzo por la
unidad democrática nacional y así valorar y apoyar (cada quien en la medida de
sus posibilidades) los contundentes logros de la resistencia venezolana.
Permítaseme dos ilustraciones: las gestiones de los gobernadores Capriles
Radonski, Falcón y Guarulla, nos enseñan que hay que extender el área de acción
y solventar el sufrimiento social de casa en casa. Colaborar con todo tipo de
aportes y refuerzos a estos gobernadores es resistir y vencer a la corporación
del mal en el sitio.
Nosotros en la UCV ejercemos la resistencia consolidando su
institucionalidad, pluralidad y autonomía, innovando su academia, gerenciando y
virtualizando sus operaciones. Luchando por salarios y presupuestos justos.
Invirtiendo cada fondo disponible en mantener y/o renovar estructuras. La
respuesta reciente de la corporación ha sido la "nueva violencia",
ocurrida en las últimas semanas, que integra intentos de homicidio y que
proviene de la incorporación de mafias que propagan el consumo de
estupefacientes, y a la que nuestra modesta pero valiente Dirección de
Seguridad ha asestado algunos golpes certeros. Sin embargo, insistimos muy
firmemente en llamar a toda su comunidad y a sus egresados a ayudarnos a
resistir, acudiendo a sus sedes con la voluntad de defenderla y protegerla.
Con un abrazo de Navidad para mis compañeros de página
(Milagros, Elsa, Pedro y Rodolfo), extiendo el afecto a todos en El Nacional, a
nuestra comunidad ucevista, a los colegas universitarios y a todos los venezolanos
de buena voluntad. Reconquistar la democracia y prevalecer en ella es la única
opción.