domingo, 29 de septiembre de 2013

Fraude antiuniversitario


En medio de una intensa actividad en las universidades autónomas en estas semanas de septiembre, orientada en parte a cumplir con la familia venezolana en cuanto a la reprogramación de semestres y años e inscripciones de la diversas cohortes 2013-2014, las comunidades que integran las nóminas respectivas de cada universidad y los estudiantes que poseen el derecho constitucional del disfrute de óptimas providencias estudiantiles han podido constatar el gigantesco fraude antiuniversitario perpetrado por el gobierno ilegítimo de Maduro Moros. 

En el marco de mesas de trabajo cuyos "acuerdos" son ignorados por el MEU y la simultánea puesta en vigencia en términos unilaterales y dictatoriales de la Convención Colectiva Única, CCU, se ha estafado no sólo a los profesores sino a todos los sectores de nómina de las casas de altos estudios del país. Las resoluciones de la junta directiva de Fapuv, del 25 de los corrientes, respaldan nuestra aseveración. Los acuerdos del 6 de agosto (Averu, Fapuv, MEU) han sido descaradamente burlados. 

A manera de ilustración, la propia comisión de expertos de Fapuv ha considerado que si el Gobierno hubiese respetado y honrado las Normas de Homologación del sector universitario público, tomando como referencia el lapso 2009/14, el profesor titular a dedicación exclusiva recibiría 558.225 bolívares en lugar de 31.016 del retroactivo 2013 que pautan las fatídicas tablas salariales de la CCU, y que han sido depositadas en las cuentas del personal activo. En el caso de los instructores con similar dedicación, la diferencia es también abismal (NH: 241.196 bolívares versus 20.503 bolívares de la CCU). 

Más aún, la adhesión a las prácticas de "exterminio" del oficialismo subyace en la disposición de la CCU de discriminar y perjudicar al sector de profesores universitarios jubilados. Al rechazar la aplicación de la CCU en julio, en nuestra condición de rector (e) de la UCV para el momento, hicimos un categórico planteamiento ante el funcionario del MEU ­por cierto, Calzadilla sigue siendo un ministro clandestino­ en que afirmamos la ilegalidad y anticonstitucionalidad de la CCU y asumimos la defensa irrestricta de los derechos constitucionales del profesor universitario jubilado. 

En el MEU no sólo se desconocen las Normas de Homologación y las enormes deudas acumuladas con todos los sectores nominales desde 2002, sino que en breve se anunciará la reconducción para el año 2014 y, por sexto año seguido, del presupuesto universitario. Con toda mala fe, se niega una vez más la reposición de cargos que con absoluta responsabilidad hemos solicitado en términos prioritarios en la cuota presupuestaria que la UCV preparó para el próximo año fiscal. En los últimos 4 años se nos han negado 8 millardos de bolívares. 

En momentos en que escribía el artículo, los compañeros estudiantes me dieron a conocer la nueva burla del MEU en contra del sector estudiantil, al hacer caso omiso del pírrico aumento de becas a 1.000 bolívares mientras envían fondos por los montos de 200 y 400 bolívares para becas y ayudantías. Como si fuera poco, un fraude similar se anunciaba en el caso de los casi 500.000 venezolanos que integran las nóminas de la educación primaria y media. 

Es una hora decisiva para la Venezuela democrática y para sus universidades. La dictadura se mantiene por la represión, la muerte y el apoyo de los gobiernos que, como el de Maduro, son forajidos. Un nuevo llamado a la unidad nacional y universitaria. Rechacemos los enfrentamientos estériles. La autonomía es a la universidad lo que la democracia es a la nación. 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Campanadas autonómicas

Mañana, el sector educativo venezolano inicia, en su significativa mayoría, las actividades docentes del lapso 2013/14. Estudiantes, maestros, profesores, profesionales, empleados y trabajadores interactuarán para intentar asegurar que el proceso de enseñanza y aprendizaje se ajuste a las exigencias de nuestra Constitución, en el contexto de contenidos curriculares plurales y actualizados, ambientes físicos, laboratorios, sistemas de información y comedores debidamente provistos y con garantía de paz, salud y seguridad que respalden la calidad de todo el sector y el avance como nación independiente y soberana. 

Sin embargo, nuestra muy grave realidad nacional es otra. Es una realidad que debemos asumir sin más tonalidades o argumentaciones todos los venezolanos democráticos, independiente de simpatías políticas o sociales previas porque el fracaso educativo es como el crimen o el hambre, no excluye sino arrasa y acaba con toda la población. Se une y conforma el macabro cuarteto que predomina en la mayoría del planeta y en forma superlativa en la Venezuela de hoy: pobreza integral, inseguridad, violencia extrema y muerte. 

En mayo, el Consejo Universitario de la UCV declaró a la institución en "emergencia financiera, presupuestaria y operativa". Con el resto de las universidades públicas autónomas y los sectores gremiales y estudiantiles democráticos se generó el actual conflicto nacional universitario. Los gremios, con el respaldo consecuente de los estudiantes, decretaron el paro de las actividades docentes. 

Las causas que indujeron el conflicto y el paro no sólo permanecen inalteradas sino que se han agravado por la aplastante inflación, el descomunal endeudamiento, el desabastecimiento global, la carencia de divisas y el implacable saqueo y corrupción que son las características medulares de la dictadura oficialista. 

No obstante, ni por un instante hemos dejado de funcionar y cumplir a cabalidad con las actividades de investigación y postgrados en progreso, diseños curriculares, avances en la bifuncionalidad de nuestras casas de altos estudios (presencial y virtual), actualización de bibliotecas, fortalecimiento docente y estudiantil y otras importantes tareas. También llevamos a efecto las pruebas de conocimiento por áreas específicas para las nuevas cohortes de bachilleres, la reprogramación de semestres y lapsos anuales, la organización de las inscripciones, e hicimos, durante agosto y lo que va de septiembre, lo humanamente posible por reforzar la seguridad intramural y concretar una planificación de mantenimiento mínima de nuestra planta física. 

Reitero mi alerta a los ucevistas y a todos los universitarios del país: la lucha y resistencia es responsabilidad y deber de todos. Cada segundo cuenta. La dictadura censura, subvierte, difama y reprime. Aupa la delincuencia. A manera de ilustración, en 40% de nuestro intramuros de la Ciudad Universitaria en Caracas operan bandas que asaltan y trafican. Esas bandas predominan en los alrededores del Hospital Universitario e Instituto de Higiene, en los de la redoma de las Tres Gracias, bajo el impacto del barrio aledaño, y en algunos pasillos y zonas aisladas que son azotados por la delincuencia gubernamental (círculos y motorizados) y por los operadores del mercado ilícito. 

La participación y la colaboración de todos los que queremos salvar a nuestra Venezuela y a nuestras universidades se verán recompensados, en parte, cuando al entrar a la UCV nuestro emblemático reloj los salude con la hora exacta y las conmovedoras campanadas de la autonomía universitaria. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Entre el crimen y el sida

Entre cifras aterradoras de muertes, Venezuela enfrenta los desmanes, la represión, el fraude y la censura, de un gobierno forajido que ha usurpado el poder por la fuerza, la violencia y una descomunal corrupción. A 70 homicidios por 100.000 habitantes (2013) con un acumulado en más de una década superior a los 190.000 asesinatos, 90% de pobreza, millones de sus habitantes sin una vivienda digna y segura, se une el indetenible avance de infecciones a menudo mortales. 

Prevalece "a escondidas", el sida causado por el Virus de Inmunodeficiencia Humana, que hoy parece (pues no existe un registro oficial creíble por parte del despacho de la Salud) ocupar el cuarto lugar precedido por muertes violentas, cáncer y enfermedades cardiovasculares, entre las principales causas de muerte de la población venezolana. Así mismo son prevalentes la tuberculosis, la malaria, el dengue, la influenza H1N1 y las muertes por hambre o por falta de asistencia médica. 

Las periodistas Lissette Cardona y Andrea Montilla de este diario, en reportajes documentados (El Nacional, 21 y 28 de los corrientes), han ubicado nuevamente en primera página cifras aproximadas, y muy graves por cierto, de una masiva contaminación y transmisión de la infección por VIH entre las diversas capas y grupos etarios del país. Producto de 15 años de oprobiosa y destructiva dictadura, que en el caso del oficialismo chavista-Madurista, acabó con el sector salud nacional y se ha amparado en fracasos como Barrio Adentro, los CDI y el miserable engaño a miles de jóvenes venezolanos, que reciben un diploma de "médicos comunitarios" sin conocer lo fundamental del ejercicio básico y clínico de la medicina. Es solo una parte de la altísima traición a la patria ungida entre Chávez, Maduro, la cúpula militar y el régimen castrita. 

Mi alerta en estos graves pero decisivos momentos va dirigida en primer lugar a todos los sectores poblacionales que están en riesgo de contraer la infección por VIH. Es importante que se tenga en cuenta el disfrute del "sexo seguro" y que la promiscuidad sexual es mortal. El uso del condón es mandatario para así también protegernos de las otras enfermedades por transmisión sexual. El consumo de alcohol y drogas potencia severamente el riesgo de contaminarse. No debemos desestimar que el negocio pornográfico y el tráfico sexual florecen en un país sin ley ni Estado de Derecho. Los portadores asintomáticos, madres embarazadas infectadas, niños VIH positivos y casos de sida requieren atención médica especializada. 

Mi segundo alerta es a los venezolanos de buena voluntad, a la sociedad civil democrática que hoy es mayoría absoluta y que presencia y vive con indignación las mentiras y montajes de un proceso dictatorial que, astutamente, ha "mimetizado" estructuras y procesos que como las elecciones populares son inherentes a regímenes constitucionales y democráticos, mientras saquean el erario público, censuran, empobrecen y minan cada día más las bases de sustentación y las posibilidades de innovación y desarrollo de nuestro país. 

Sólo la denuncia específica, la participación en la calle y en nuestros trabajos, el respaldo a la impugnación ante organismos internacionales del robo del triunfo del 14 de abril y la votación masiva y cuido de votos y actas el 8D, nos permitirá derrotar a los usurpadores. La unidad democrática es hoy más crítica que nunca. No se trata de hacer carrera política o de enfrentamientos y acusaciones estériles, se trata de salvar a nuestra noble Venezuela, a nuestros hijos y de salvarnos nosotros mismos.